Desde la Asamblea General de la ONU se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, siendo esta el mayor desafío mundial con el fin de erradicar de la pobreza y lograr un desarrollo sostenible.
Este plan de acción es a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, por el que todos y cada uno de nosotros debemos de luchar y trabajar por conseguir.
Como no podía ser de otra forma, las empresas no pueden quedar al margen y tienen mucho trabajo por delante, pero también una gran cantidad de oportunidades que deben aprovechar para convertirse en las empresas demandadas en el futuro.
¿Qué son los ODS?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, comúnmente conocidos por ODS, son una iniciativa impulsada por Naciones Unidas para preservar la continuidad de la agenda de desarrollo, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Con ella se busca fomentar la paz universal y el acceso a la justicia.
El 25 de septiembre de 2005, los líderes mundiales adoptaron una serie de objetivos globales con los que proteger el planeta.
Estos objetivos son 17 puntos y 169 metas recogidos en la Agenda 2030 en la que se exige una acción colectiva y colaborativa de forma urgente por parte de todos los agentes de la sociedad. Cada uno de estos objetivos cuenta con unas metas específicas que deben de ser alcanzadas en los próximos años.
El poder conseguir los ODS corresponde a las empresas, instituciones, pero también a la ciudadanía. De hecho, la ONU muestra en su web la llamada “guía de los vagos para salvar el mundo” dónde demuestra como todos podemos hacer algo.
Y es que muchos pequeños cambios sumados son capaces de transformar una realidad.
La importancia de los ODS para las empresas
Las empresas son el motor para el desarrollo económico, pero también pueden y deben de serlo para el desarrollo social. Por esto no pueden permanecer ajenas a la adopción de los ODS en sus políticas.
«Los ODS son una guía, un mapa que permitirá a las empresas identificar si su impacto social, económico y medioambiental aporta valor a la sociedad, y en consecuencia fortalecer su reputación y sus relaciones con los distintos grupos de interés» según Deloitte
De hecho, las empresas del futuro estarán valoradas en gran medida por su éxito empresarial sí, pero también por su contribución al cuidado del planeta. Cada vez son más las empresas que se unen a esta lucha para minimizar sus impactos negativos sobre el planeta, pero también muy importante el maximizan sus efectos positivos en las personas y el planeta.
Es más, la adopción de los ODS puede beneficiar en gran medida a las empresas demostrando confianza y credibilidad, lo que reportará en una imagen pública positiva para clientes y stakholders, así como un favorable ambiente de trabajo para sus empleados.
«Un sector privado capacitado, debidamente regulado, responsable y rentable es fundamental para el empleo, los salarios mínimos vitales, el crecimiento y los ingresos para los programas públicos. Transformar los modelos empresariales para la creación de valor compartido es esencial para lograr economías inclusivas y sostenibles«, dice Ban Ki Moon en su informe El camino hacia la dignidad para 2030: acabar con la pobreza y transformar vidas protegiendo el planeta.
Los ODS pueden ser utilizados como un gran marco general dónde dar forma, dirigir, comunicar o informar acerca de sus estrategias, objetivos captando así amplios beneficios en su actividad.
ODS y nuevas oportunidades empresariales
Responder a los retos que presenta la consecución de los ODS hace que se abran nuevos mercados, en los que solo tendrán cabida aquellas empresas capaces de ofrecer soluciones innovadoras que apuesten por el cambio.
Es por esto por lo que la adopción de los ODS en las políticas de las empresas puede abrir buenas oportunidades. Y aunque la adopción de los ODS pueda dotar a las empresas al acceso a nuevos mercados, esta no es la única oportunidad que les brinda.
Uno de los aspectos fundamentales para las empresas es el ahorro de costes y en esto los ODS les pueden ayudar mucho con el aprovechamiento de todos los recursos de los que disponga la empresa de forma responsable y sostenible en el tiempo.
Además, será mucho más fácil la generación de alianzas con otros actores de la sociedad o empresas que se vean identificadas por las políticas sociales que se desarrollen.
Algunas empresas ven en los contratos con el sector público su mayor vía de ingresos y para ello la puesta en marcha de acciones en pro de los ODS les hará destacar entre los concursos públicos. La administración pública es uno de los agentes de la sociedad que más debe de involucrarse en ello y por tanto brindará más oportunidades y ayudas a aquellas empresas con la misma filosofía.
Al final son los consumidores quiénes tienen la última palabra con su decisión de compra y nos encontramos en un entorno en el que los usuarios están cada vez más informados y capacitados. Además de la creciente oferta existente para todo tipo de productos y servicios, por ello llevar a cabo acciones que ayuden a proteger el planeta hará que estas empresas mejoren su reputación y generen mayor confianza a los usuarios.
Y si algo está claro es que los ODS han venido para quedarse y cada vez serán más imprescindibles en el desarrollo de cualquier actividad con la implantación de nuevas leyes y normativas para el cuidado del planeta y la ciudadanía. Es decir, las empresas que los comiencen a adoptar ya seguramente se anticiparán a nuevas leyes en el desarrollo de su actividad.
¿Cómo puede actuar mi empresa en favor de los ODS?
Y aquí llega el punto más complejo, porque la teoría está muy bien siempre, pero como poner en práctica los ODS en tu empresa ya es otra cosa.
La Responsabilidad Social Corporativa puede ser el mejor punto de inicio para que las empresas empiecen a incorporar los ODS en su actividad.
Y es que por mucho que las empresas crean lo contrario, un modelo de negocio sostenible y responsable con el planeta no depende de la actividad de la empresa, sino de su compromiso con la sociedad.
Así, el primer paso sería analizar su propia responsabilidad social corporativa y como está alineada con los ODS. Posiblemente no sea necesario cambiar la estrategia de la RSC con la que ya se cuenta, sino identificar cuáles son los ODS a los que se pueden hacer referencia y con los cuáles involucrarse.
También puede existir la posibilidad de que la empresa no cuenta con una RSC y, por tanto, en este caso, el primer paso sería analizar y seleccionar cuáles con las causas por las que le gustaría ser identificado para así planificar y desarrollar una estrategia en función de esas acciones sociales.
Para ello se debe de analizar cuáles es el impacto que genera la empresa en su actividad, tanto de forma social como de forma empresarial para después hacerse las preguntas clave.
¿Qué estamos haciendo?, ¿qué vamos a hacer? y ¿qué queremos/podemos hacer?
Lo siguiente, por supuesto, es entender los ODS para poder seleccionar aquellos con los que la empresa se vea identificada y por los que podría luchar. Con este ejercicio se averiguará cuáles son los ODS en diálogo con nuestros grupos de interés.
En la siguiente fase se selecciona aquellos ODS relevantes para la organización y las acciones que se llevarán a cabo para contribuir en ellos. Esta valoración debe de hacerse pensando en el medio/largo plazo, ya que los objetivos no se podrán conseguir en un corto periodo de tiempo.
Y aunque lo recomendable es no elegir demasiados ODS, tampoco se debe de dar la espalda a los demás, todas las políticas deben de ser consecuentes con los ODS en general.
Finalmente viene el paso más complejo, actuar y avaluar. Ponerse en marcha y desarrollar esas actividades planificadas, en función de unos objetivos y metas y que estos sean medidos. Conocer los resultados obtenidos es la única forma con la que continuar cosechando éxitos y avanzando, tanto empresarialmente como en la lucha por los ODS.
LOS ODS EN LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS
Los ODS son una asignatura pendiente para las empresas españolas, pero cada pequeña acción es un paso hacia delante para reducir esta brecha y poner a las empresas españolas en lo más alto.
Y es que según Deloitte las empresas del IBEX 35 les queda un gran margen de mejora. De hecho, hasta el año 2016 solo tres compañías de este grupo contaban con un propósito integrado en su estrategia.
Según este mismo informe, “el 40% de las grandes empresas españolas cotizadas ya contemplan los ODS en sus Informes de Sostenibilidad y sus páginas web, aunque solo un 20% mide la contribución que esta acción tiene”.
Aunque hay datos optimistas y es que el 85% de las empresas españolas afirman estar ya trabajando en ello. Y es que se trata de una cifra realmente positiva pues es prácticamente todo el tejido empresarial el que se encuentra trabajando en ello.
Si bien este dato debe desglosarse por el tamaño de las empresas ya que no todas disponen de las mismas capacidades ni recursos. Es así como un 99% de las grandes empresas están llevando a cabo actuaciones en estos ámbitos, pero son un 83% las pymes y un 61% de autónomos los que trabajan en ello. Siendo muy importante destacar que las pymes y autónomos son el motor económico de nuestro país.
En la siguiente tabla el Pacto Mundial Red Española nos muestra la evolución en la implementación de los ODS por parte de las empresas españolas desde 2018 hasta 2020.
Según la Fundación Seres, los ODS con mayor mención son aquellos que contribuyen a los cambios que la propia sociedad demanda. El trabajo decente, el crecimiento económico, la igualdad de género, el desarrollo de alianzas mundiales y la cooperación, la salud y el bienestar o educación de calidad, son los que más destacan.
Mostrándose también una gran sensibilidad por los ODS 10 Y 13, reducción de desigualdades y acción por el clima, siendo aproximadamente un 50% de las empresas las que confirman su contribución a estos objetivos.
Pero si un ODS destaca entre las empresas españolas es la igualdad de género. Según los resultados del informe entre SERES y Deloitte existe un enorme compromiso por parte de las empresas españolas para erradicar esta problemática. Siendo 6 de cada 10 empresas españolas las que actualmente están trabajando activamente en la lucha contra la desigualdad de género.
En conclusión, podemos afirmar como los ODS ya forman parte de todos nosotros, empresas, instituciones o ciudadanos particulares. Pero todavía queda mucho trabajo por hacer para conseguir cumplir la Agenda 2030 y solo podremos lograrlo si luchamos unidos.